Por Marcelino Betancor.
Me gustaría
descubrir el barrio de La Isleta, vamos a verlo como un estudiante de historia,
una etapa que a mi particularmente me fascina, desde 1883 a 1920. Ahí nace -creo
yo- el espíritu auténtico del isletero: amante de la libertad, de la
solidaridad y las buenas costumbres.
El periodo de la
Revolución Industrial se considera históricamente entre 1760-1840, que se
inició en Reino Unido. No existe comparación con ningún país europeo -dicho sea
de paso- a nosotros isleteros nos llegó de Reino Unido todos los adelantos en
la tecnología, economía, y en el deporte, como me decía un amigo “solo nos
faltó conducir por la izquierda”. Supuso un paso de la economía agraria a la
industrial, lo que originó una fuerte inmigración de nuestros hermanos
conejeros, majoreros y grancanarios hacia La Isleta. Los cambios fueron radicales,
personas que pasan de ser jornaleros de la agricultura a la industria.
Una síntesis de lo
que ocurrió. Reino Unido se encuentra con unas islas que le sirven de base para
el tránsito de sus barcos hacia el Sur. Necesitan construir un muelle que sirva
de base al carboneo y abastecimiento de víveres para sus buques. El 26 de
febrero de 1883, tuvo lugar el acto de la colocación de la primera piedra con
un letrero que dice: “GOD BLESS OUR WORK”, “Dios bendiga nuestro trabajo” La
construcción del muelle recayó en la casa SWANSTON y Cia.
Los canarios son
personas habilidosas por poco que les expliquen y muy amañados en su trabajo,
lo cual, supuso, junto con la creación de los gremios en función de la
actividad laboral, un gran desarrollo económico. Así, nacerían emprendedores de
la industria y el comercio en el futuro. Me quedé en 1920. A partir de ahí considero
que es otra historia, los cimientos estaban formados.