Sin grandes experiencias previas pero con una buena dosis de tranquilidad se pueden obtener lechugas, tomates, cebollas, pimientos, puerros…., justo esta primera entrada sobre nuestro huerto isletero la vamos a dedicar a esta última hortaliza EL PUERRO.
Vamos a enseñar como lo cultivamos en un pequeño huerto en
una azotea de La Isleta, así los plantamos, así los cuidamos, así los cosechamos,
así lo cocinamos y así nos los comimos.
Los plantamos con una separación de aproximadamente 20 cm
con 6-7 cm de profundidad, en este caso el parterre contiene de altura 40 cm de
tierra, nosotros regamos todas las plantas y arboles
de la azotea 2 veces en semana, siempre teniendo en cuenta que el riego en
cantidad es distinto según las necesidades de cada planta.
En nuestro caso solemos combinar distintas plantas en el
mismo parterre, siempre teniendo en cuenta que la rotación de cultivos es muy
importante para regenerar la tierra y mantenerla en niveles óptimos para el
cultivo, así lucían nuestros puerros a los 48 días de plantarlos.
A los 84 días de haberlos plantados, observando que el tallo ya presenta un grosor idóneo y por las ganas que teníamos de probar nuestros puerros recogemos 1, los demás los iremos recogiendo a medida que los vayamos consumiendo.
Una vez recolectado vamos a dar cumplida cuenta de
nuestro puerro, aunque la forma más conocida de cocinarlos es
haciendo una crema, les vamos a ofrecer una forma de comerlos que nos gusta
bastante, crujientes fritos.
Los freímos en varias tandas en aceite a fuego medio, cuidando muy bien que no se quemen en exceso, aunque no nos preocupamos mucho que tengan todos el mismo punto, la conjunción de la zona blanca crujiente, esa misma zona bastante hecha y la parte verde menos hecha hace que tenga un sabor espectacular, ideal como acompañamiento en muchos platos.