Foto Jordao Da Luz, 1910, fotosantiguascanarias.org |
Jorge Pulido Santana, Archipiélago Canario a 8 de marzo de 2012.
Con este artículo quiero mostrar mi más firme homenaje a Tomasa Gutiérrez, Balbina García e Isabel Álvarez, desgraciadamente, a muy pocas personas le dirá algo estos nombre pero son una parte muy importante de nuestra historia y de la lucha de hombres y mujeres para que no haya ningún tipo de discriminación sexista.
Con este artículo quiero mostrar mi más firme homenaje a Tomasa Gutiérrez, Balbina García e Isabel Álvarez, desgraciadamente, a muy pocas personas le dirá algo estos nombre pero son una parte muy importante de nuestra historia y de la lucha de hombres y mujeres para que no haya ningún tipo de discriminación sexista.
La
sociedad de principios del siglo XX, era una sociedad extremadamente
machista, estando prohibido para las mujeres participar en muchos
aspectos de la vida social, basta recordar el oficio recibido en la
“Revista Blanca” notificando la suspensión de la publicación,
porque la dirección era desarrollada por una mujer, en este caso,
Teresa Mañé tuvo que cesar su actividad, o al menos hacerla
aparente, para que la revista pudiera seguir publicándose.
Pues
en ese ambiente tan poco propicio, la Asociación Obrera de Canarias,
dio un ejemplo histórico, desde su constitución en agosto de 1900
hubo mujeres en sus órganos directivos, en esta situación se
encontró TOMASA GUTIERREZ, representante de los cigarreros y
cigarreras, en el gremio del tabaco y en la Comisión Gestora de la
Asociación.
El
papel
de
este
gremio
en
la
Asociación
fue
espectacular,
entre
muchos
temas
por
la
organización
que
llegó
a
tener
y
por
los
objetivos
que
consiguieron
con
su
tenacidad.
Antes
de
organizarse,
la
situación
de
estos
trabajadores
y
trabajadoras
presentaba
unas
pésimas
condiciones,
agravadas
justo
a
finales
del
siglo
XIX
por
la
desaparición
de
alguna
fabrica
de
importancia
lo
que
conllevo
a
una
bajada
generalizada
de
salarios
por
el
exceso
de
personas
en
este
sector,
por
cada
100
cigarros
elaborados
se
le
pagaba
2.50
reales
de
vellón
y
posteriormente
pasó
a
2.00
reales
de
vellón
por
el
mismo
trabajo,
esto
sumado
a
una
jornada
de
trabajo
que
ocupaba
todo
el
día
y
que
el
trabajo
era
realizado
en
parte,
por
niñas
desde
muy
corta
edad,
trajo
consigo
movilizaciones
por
parte
de
las
personas
del
gremio,
según
algunos
periódicos
de
la
época,
los
capataces
de
las
fabricas
insultaban
a
las
trabajadoras
por
el
simple
hecho
de
que
siendo
mujeres
asistieran
a
reuniones,
José
Zamorano
Villar
dueño
de
una
fabrica
llegó
a
amenazar
con
traer
50
operarias
de
Sevilla
para
sustituir
a
las
cigarreras
canarias,
hay
que
tener
en
cuenta
que
en
todo
este
ambiente
se
nombra
en
abril
de
1901
a
Isabel
Álvarez,
a
Balbina
García
y
a
Antonio
Llombet
como
representantes
y
negociadores
por
parte
del
gremio,
con
lo
que
los
que
decían
públicamente
que
las
mujeres
no
podían
asistir
a
reuniones,
tuvieron
entre
otras
cosas
que
negociar
con
una
representación
compuesta
por
2
mujeres.
Hay
que
decir
que
estas
movilizaciones
obtuvieron
un
resultado
bastante
positivo
para
lo
esperado,
la
situación
sin
llegar
a
ser
la
idónea,
mejoró
en
algunos
aspectos,
incluso
en
algunas
fabricas
las
operarias
se
mostraban
“satisfechas
y
contentas
y
elogian
con
entusiasmo
los
bondadosos
sentimientos
de
dicho
señor”,
refiriéndose
a
la
fábrica
de
Juan
Torres
Rodríguez.
Gracias
al esfuerzo de Tomasa, de Balbina, de Isabel y de tantas otras
personas., Por ejemplo, a principios del Siglo XXI, Nira, nacida un 8
de marzo de un año a finales del siglo pasado, puede cumplir años
con toda normalidad, disfrutando plenamente de su adolescencia.
Gracias a ellos y ellas, Nira hoy pudo despertarse a la misma hora
que sus hermanos, para en las mismas condiciones y con las mismas
posibilidades poder asistir a clase en el mismo instituto.
Queda
mucho por hacer, pero debemos de reconocer que lo que se ha
conseguido tiene su valor porque precisamente no ha sido
absolutamente fácil, por eso reitero mi agradecimiento y mi
homenaje.